martes, 27 de mayo de 2014

MUERE EL HOMBRE MÁS OBESO DEL MUNDO.

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¡Y era mexicano!… Específicamente de Monterrey.

Llegó a pesar 597 kilogramos en su nivel máximo, pero con 394 kilos, el señor Manuel Uribe Garza falleció el día ayer 26 de Mayo por complicaciones de salud, poco antes de cumplir sus primeros 50 años de vida.

Solo existe el registro de un hombre con mayor peso corporal alcanzado que el de Manuel Uribe y es Jon Brower Minnoch, de Bainbridge Island, Washington, Estados Unidos quien llegó a los 635 kg de peso.

Pero, ¿qué otras complicaciones de salud pueden haber en un Hombre que pesaba el equivalente a 6 personas promedio?

¡LA OBESIDAD ES YA UNA ENFERMEDAD!

Basada en tacos y pizzas, la alimentación de Manuel Uribe fue por años y años una suma de acidez extrema, al incluir siempre los venenos blancos:

Harina
Azúcar
Sal
Mantecas
(Lácteos)
 y el mortal sedentarismo.

El motivo clínico de su deceso lo relata su madre:

“Perdió mucha sangre por una vena que se le reventó en una de las bolas que tenía en las piernas, entonces por esa sangre que perdió fue a dar al hospital, iba muy débil y ya empezó a fallarle el corazón, los riñones, también. Fue la causa después de 25 ó 23 días. El día 2 entró y falleció ahora", explicó.

En el aspecto social, esta noticia nos recuerda una realidad:
No solo era mexicano el hombre más obeso del mundo, México tiene la mayor cantidad de obesos a nivel mundial y más específicamente en niños y niñas en pleno desarrollo.

Desafortunadamente, el sentido de competencia nacional puede no ser tan positivo, y el efecto de tener a “un primer lugar en algo” ya es motivo de orgullo, entiéndase: Tenemos la ciudad más grande - y contaminada - del mundo, el narcotraficante más buscado por la policía mundial, el hombre más rico del mundo (a causa de uno o varios, e ilegales, monopolios)… Y así, la suma de estos “logros” nos llena la necesidad de destacar, sea positivo o no el logro alcanzado. Error.

Es de especial atención prever el impacto que genera el fallecimiento de Manuel Uribe, ya que podría elevar o aumentar el rango de tolerancia a la obesidad ya que si “este señor” alcanzó más de 500 kilos de peso, entonces si cualquier otro llega a 100 o 120 ya no sonará tan devastador, siendo que el peso promedio del mexicano es de 74.8 kilos (dependiendo, obvio de la altura).

En algún momento de su vida Manuel fue foco de atención de nutriólogos, médicos, entrenadores y especialistas en el cuidado del peso corporal, e incluso tiene un documental producido por Discovery Channel. Sin embargo, lo mórbido y extremo de su obesidad derivó en las complicaciones anteriormente explicadas por su madre.

Siempre se está a tiempo de recapitular en el tema de la salud, sobre todo en la alimentación, pero no esperemos llegar a 500kg de peso para tomar cartas en el asunto.

La Trofología es una práctica que cada vez se posiciona mucho más en el gusto de la gente por sus resultados, su flexibilidad, su falta de condicionamiento a otros “productos” alternos para obtener resultados, y no solamente en la reducción de tallas o peso, los cuales regresan o llegan a su equilibrio de forma natural, sino también en la eliminación de condiciones de salud crónicas y/o circunstanciales.

Gracias.



(222) 891-2723 / (045) 222661-4448 y 2224-968094

miércoles, 23 de abril de 2014

¡NOTICIA DE ÚLTIMA HORA!




 
Cada mañana, las personas que ven los noticieros de televisión abierta se llevan una gran noticia:  

¡TIENEN ENFERMEDADES, PADECIMIENTOS, MALESTARES!

Sin embargo, la “bendita” industria farmacéutica tiene un remedio para todo, y hay un comercial exclusivo que nos lo anuncia; sean las hemorroides (las del primo), gastritis (hay quien la para), infecciones vaginales (de las niñas bien), depresión (dalay hermano, dalay), pie de atleta (talcos, sprays y ungüentos), dolor de cabeza, fatiga crónica (pastillas y cápsulas para “dar más”), gripa (el té), tos (jarabes), laringitis (más jarabes), falta de sueño, alergias –no alegrías-, etcétera, etcétera, etcétera…


Entre el 75 y 90% del
espacio comercial
de los noticieros se destina 
a comunicarnos que necesitamos algo,
lo que sea,
pero algo de la industria farmacéutica
nos es necesario.

Es una información que se clava en el inconciente de la familia completa, que al usar el noticiero como reloj durante el ajetreo matutino diario, y antes de salir disparados al trabajo, escuela, guardería -o el destino que sea-, nos llevamos la información de que alguno de estos padecimientos lo debemos también tener. La cotidianidad, la familiaridad y la identificación que se logra a través de los comerciales nos hace creer que como llevamos ese “mismo” ritmo de vida, por lógica viene acompañada de los padecimientos anunciados.

Aquí las imágenes:

-       Señora en camioneta dejando a los hijos en la escuela y que le estalla de dolor la cabeza.
-       El señor de traje corriendo al trabajo y que necesita vitaminas, o mínimo un café.
-       El niño o niña que se moja JUGANDO en la lluvia y por la noche la mamá le da su té porque ya presenta gripa y fiebre.
-       El anciano que intenta cargar algo y le truena la columna.
-       La chica adolescente apenadísima por la infección vaginal que tiene.

Y así, cientos de bombardeos que mercadológicamente están diseñados para generar esa condición aspiracional en la gente, que ya sea por estatus, imitación o definitivamente por la repetición o frecuencia del anuncio, terminamos por generar la empatía necesaria con la escena y el contexto, logrando así la somatización de la condición de salud… y el circuito se cierra en la compra del remedio para el mal.
Otro factor importante es que este bombardeo se da entre un alto número de noticias negativas. Asaltos, secuestros, guerra, devaluación, contaminación, accidentes, fallas políticas y económicas, y sin contar las irrelevantes notas del mundo del espectáculo y el deporte.
Esto nos hace sumamente vulnerables, al bajar nuestra resistencia emocional, para identificarnos con los padecimientos tan anunciados.

¿Y aquí la Trofología qué?

Definitivamente el principio de “Conciencia Alimenticia” que genera la Trofología es el primer paso para dejar de identificarnos con estos mensajes. Esta conciencia nos da alternativas e información contundentes para saber que para todos estos males hay una razón común que es la mala alimentación (o alimentación inconciente). La gran mayoría de las alergias, dolores de cabeza, infecciones y/o baja energía, entre otros más padecimientos son consecuencia de un cuerpo intoxicado, (y no por drogas, alcohol o tabaco) simplemente por tanto agente químico en los alimentos procesados y la ingesta constante de los 5 venenos blancos.
De ahí las depresiones, cansancio, hemorroides, infecciones, catarros por jugar en la lluvia, y otro largo etcétera… Recuerda que en un cuerpo alcalinizado y desintoxicado no hay lugar para hongos, virus ni bacterias, causantes de la gran mayoría de padecimientos anunciados siempre en el maravilloso horario estelar de nuestra “educativa” televisión abierta.

Te invitamos a cursar el diplomado en línea de Trofología que iniciamos este próximo 5 de Mayo, checa nuestros posts con más información.

miércoles, 2 de abril de 2014

Un desayuno común...


El bajísimo aporte enzimático para el cuerpo... De alguna manera el aporte de energía se da -de forma momentánea- con la harina refinada de los panes, y el azúcar del café. Pero energía buena para el cuerpo no existe. Solo son "engaños" por estimulantes, recordemos los 5 venenos blancos:

AZÚCAR, SAL, LECHE, HARINAS Y MANTECA.

Pero desde un principio, la fruta está mal combinada, hay papaya y mango (dulces), hay kiwi (ácida) y el melón, que por su alto contenido acuoso y al igual que la sandía se deben comer solas ya que pasan directo al intestino delgado sin la necesidad de jugos gástricos, pero al mezclarlas con otras frutas que si necesitan jugos, éstos se ven diluidos y como resultado no se digiere NINGUNA de las frutas bien.

En cuanto al lácteo fermentado (yogurt), su problema está en los conservadores que lleva esa combinación, así como los residuos de hormonas y antibióticos de la "leche" con la que se fabricó.

En los panes dulces están las harinas y azúcares refinados. Ambos generan sensación de saciedad y energía que no dura más de 25 minutos, cuando ya la necesidad de otro "shot" así es necesario.

El jugo de caja, al igual que el yogurt, tiene más químicos que fruta natural y obviamente su aporte vitamínico y enzimático es NULO.

¿QUÉ HAY DE BUENO?

Aprender Trofología nos daría la posibilidad de decidir solamente comer la fruta combinable. En este caso, el mango y la papaya. De esta manera se puede asistir a estos desayunos por invitación, en los que no se tiene acceso a "la carta", y definitivamente, para el compromiso hepático, los altos niveles de azúcar y la falta de enzimas para la construcción de tejidos que hay en estos alimentos, con solo comer el mango y la papaya, tal vez una doble o triple porción sería nutritivamente mejor.

¿Nos regalas un "MeGusta"?

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La Herencia